INGREDIENTES para 2 personas
1 bolsa de setas deshidratadas
Para esta receta podemos usar boletus (ceps) o mezcla de setas.
Yo escogería ceps, aunque con cualquier tipo de seta quedará bueno.
1/2 cebolla
1/2 puerro
2 tacitas colmadas de arroz (del tamaño de cortado)
Caldo de verduras (si no tenemos disponible, podemos utilizar de tetrabrik; no es lo mismo, pero también queda bueno y es más rápido)
Mantequilla (Marc no le pone, pero a mi si me gusta añadirle un poquito)
Parmesano rallado
ELABORACIÓN
Hidratamos las setas en un bol con agua (aconsejable unas horas antes).
Ponemos a hervir el caldo de verduras en una olla y en otra el agua de hidratar las setas.
Picamos la cebolla y el puerro finitos, y los sofreímos en una cazuela hasta que esté bien doradito; añadimos el arroz y le damos unas vueltas para que sofría un poquito.
Vamos añadiendo de manera intercalada el caldo de verduras y parte del agua de hidratar las setas (a veces lo he hecho solo con el agua de las setas y también queda muy bueno, aunque con un sabor más fuerte...).
El secreto del rissoto es ir removiendo a medida que vamos añadiendo el líquido, de manera que se libere todo el almidón del arroz (siempre removemos con cuchara de madera, incluso podríamos usar una de plástico, pero nunca metálica).
La cantidad de caldo-agua que tenemos que poner puede variar un poco, debemos añadirla poco a poco y esperar a que el arroz la vaya absorbiendo. Cuando vemos que ya no distinguimos de diferente color el corazón del grano de arroz, es que está totalmente cocinado, pero para asegurarnos lo vamos probando.
Cuando está listo, añadimos una cucharada o cucharadita de mantequilla y un par de cucharadas de parmesano rallado y terminamos de remover para que se integre bien el queso y la mantequilla con el arroz. La consistencia tiene que ser cremosa.
Una vez servido en los platos, podemos añadir por encima un poco más de parmesano rallado o como a mi me gusta mucho, laminado con un pelador.
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