Esta
receta es originaria de Guadix, el pueblo de mi madre. Es uno de esos platos,
difíciles de hacer si no tienes la receta. Tengo que decir, que me queda bueno,
pero indudablemente a mi madre le queda mejor.
Ingredientes:
1 conejo cortado a
trocitos pequeños
1 pimiento seco ó 2
cucharadas de pulpa de pimiento (se compra en tarritos y se puede congelar)
1 rebanada de pan
1 chorrito de vinagre
1 vaso de agua
2 ajos
1 puñado de almendra Marcona cruda
1 litro de vino blanco
Preparación:
La preparación varía un poco en función de si se prepara con pimiento seco o con pulpa de pimiento. En mi casa siempre se había hecho con pimiento, pero ahora que hemos descubierto estos tarros de pulpa de pimiento, los utilizamos siempre.
Una vez abierto el tarro, como no se consume todo, se puede congelar en porciones para usar cada vez que preparemos este plato.
Con pimiento seco
Echamos aceite en una cazuela, cubriendo bien la base, y empezamos a freir primero las almendras y las reservamos, después un ajo, el pan y el pimiento y cuando esté frito lo retiramos del fuego.
Remojamos la rebanada de pan frito con un chorrito generoso de vinagre y lo
ponemos en un recipiente junto con el otro ajo crudo para hacer la picada. Podemos
picarlo en un mortero o triturarlo con una batidora, para que quede más fino.
Para garantizar que queda bien triturado le añadimos un vaso de agua y lo
trituramos bien y lo colamos, ya que sino encontraríamos restos de la piel del
pimiento. Una vez colado, ya podemos triturar las almendras y ya tenemos la
picada preparada.
Con pulpa de pimiento.
El proceso es el mismo, aunque en este caso no es necesario colar la
picada, y por lo tanto podemos picarlo todo junto incluso las almendras.
En este caso la pulpa de pimiento en lugar de incorporarla a la picada,
se añade al conejo frito directamente, como explico a continuación.
En la misma cazuela que hemos frito los ingredientes de la picada, freímos el conejo hasta que quede bien doradito; una vez frito, le añadimos las
2 cucharadas de pulpa de pimiento y le damos unas vueltas, entonces añadimos la
picada a la cazuela y lo sofreímos un poquito todo junto. Finalmente cubrimos
todo el conejo con el vino blanco y lo dejamos cocer durante una hora
aproximadamente hasta que el vino se haya reducido y se convierta en una salsa.
Esta salsa, a diferencia de otras, no queda espesa, ya que lo único que podría
espesarla un poquito es el pan y las almendras. En caso de que nos guste más
espesita, la próxima vez en lugar de una rebanada de pan, se pueden poner dos.
Un buen acompañamiento para este plato, es un simple arroz hervido.
¡En mi casa, este conejo vuela!
De esa tierra lejana y hermosa como pocas salen maravillas como cristina,su madre,y la mia.
ResponderEliminarMañana se lo comerá mi abuela. Un homenaje delicioso para todas.rosa.
Gracias cariño. Espero que le guste a tu abuela. Bss
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