jueves, 3 de octubre de 2013

MÁS QUE AMIGOS…


Follamigos es la palabra que utilizamos para definir una relación entre dos personas que no tienen un compromiso de pareja. También usamos ese concepto que suena tan bien, amigos con derecho a roce, pero…  ¡Cuidado! El roce hace el cariño, y del cariño se llega al amor…. o no... Y qué pasa si uno llega al amor y el otro no… pues que todo se complica…para uno más que para el otro.

Lástima que no pensé en esto cuando leí un artículo denominado Amigos con derechos vs. amantes genitales de Anne Cé,  en el Blog Eros del País Digital del 23 de mayo de 2012. Este artículo me gustó mucho, y hoy, he pensado que era un buen día para volver a leerlo. Hoy he prestado especial atención a este fragmento: “Se cuenta con ellos y su cariño y su generosidad sin pedir explicaciones, en el puro presente sin contexto, en el que no caben ni “dónde estabas” ni “dónde vas a estar”. Para un lado y para el otro, y salvo en las líneas de diálogo libremente elegidas en que uno quiere comentar algún plan. Y cuando el pacto está claro, la vida puede ser bella (durante el ratito de comunión, por supuesto).”

A estas alturas de la película, sería antiguo y pasado de moda pensar que las mujeres tenemos más tendencia que los hombres a enamorarnos, no me considero antigua ni pasada de moda, más bien todo lo contrario, sin embargo por alguna razón, en este momento sí creo que es así. Es muy probable que el pensar así esté condicionado por el hecho de que en mi círculo más próximo tengo más contacto con mujeres que con hombres. Para los hombres, ese concepto de amigos con derecho a roce, es seguramente el estado ideal, y posiblemente también lo sea para muchas mujeres durante un período de su vida, o incluso siempre, sin embargo, algunas de nosotras, bien por el tic tac del reloj biológico o bien por otros motivos, en algún momento decidimos que el concepto follamigo ya no nos sirve. No queremos un follamigo, ni un amigo con derecho a roce, no queremos un amigo, lo que queremos es una pareja. ¿Por qué? Lamentablemente no tengo respuesta a esa pregunta, aunque puedo hacer algunas conjeturas.
Es posible que uno de los motivos sea que a las mujeres nos gusta pensar que somos únicas. Si se acuesta conmigo, ¿para que necesita acostarse con otras? Pues amiga mía, para qué no lo se, pero por descontado lo necesita.
La segunda, es que si necesitamos ayuda, queremos que nos la brinden casi sin que tengamos que pedirla, es decir que él siempre esté allí por si le necesitamos. Pero si tiene otras amigas, quizás tengamos que esperar nuestro turno, y claro… para eso ya tenemos el mercado… no estamos para pedir tanda en cuanto a relaciones se refiere.
En fin… que esto de la amistad con derecho a roce está muy bien para una temporada, pero por alguna extraña razón, lo mismo que ocurre con otro tipo de relaciones “más serias”, éstas también tienden a estropearse, y eso que habíamos dicho que el pacto estaba claro…




3 comentarios:

  1. Si un follamigo le quitas la primera parte, y el sexo ya no interviene en la relacion, no es lo mas común. .pero puedes sorprenderte de que tienenes simplemente un estupendo amigo de verdad de esos que hay poquitos. Esa ha sido una sorpresa para mi y una gran suerte.

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